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Cómo hacer Mascaras???

PRIMERO QUE NADA DARÉ LA LISTA DE LOS MATERIALES QUE SE NECESITAN:

Ø Masquin o cinta adhesiva (2 cm de grueso)
Ø Goma o cola para pegar papel
Ø Antifaz delgado de plástico (que cubra solo la parte de los ojos y nariz)
Ø Pinturas de colores (los que desee usar según su diseño y originalidad)
Ø Elástico( grueso de 3 cm)
Ø Lija.
Ø Masilla (pasta blanca para rellenar los huecos de las paredes, lo puedes conseguir en ferreterías).

INDICACIONES:
Limpie su rostro de manera que no tengas grasa en el.
COMO APLICAR O COMENZAR???
1. Ponte el antifaz, y en forma de ovalo aplica pequeños trozos de cinta adhesiva cubriendo tanto el rostro como el antifaz (puedes pedir ayuda).

2. Al tener una capa un tanto gruesa y uniforme adaptada a su tipo de cara, despréndela con mucho cuidado para que esta no pierda su estructura y contorno.


3. Después de estos pasos debes seguir aplicando mas trozos de cinta adhesiva a toda la estructura por el frente y por detrás sin descuidar las facciones originales de la mascara, haciendo y pegando la cinta hasta tener al menos varias capas de ella (podrían ser 5), teniendo cierta dureza para seguir al otro paso.




4.Aplica sobre la estructura ya formada 6 capas de cuadros pequeños de papel periódico humedecidos con la mezcla de goma con un poco de agua, de manera que esta mezcla quede medio espesa y aplicándolo por enfrente y por detrás de la mascara sin cubrir los ojos, los huecos de la nariz y la boca, dejando esas aéreas al descubierto. (deje secar por varios días, no use secador artificial esto solo hará pelotas en ella, revise que en esos días quede dura sino repita el procedimiento de capas con goma cuantas creas necesario para llegar a su estructura y la forma que le quieras dar, usa tu originalidad).



5.Para este paso necesitaras la masilla, debes irla humedeciendo al ir aplicándola y rellenando todo el frente de la mascara y repite el procedimiento pero por detrás de ella (deje secar y repite ambos procesos al menos 2 veces).


6.Luego de estar seco el paso 5, lijaremos toda la mascara por delante y por detrás en forma pareja y dándole forma a la mascara, esto para eliminar los hundimientos es como un tipo corrector de imperfecciones… de hacer esto repite el paso 5 y seguido el 6 según su punto de vista y perfecciona ismo.







7.Luego coloree a su gusto y agregue elementos o artículos según su personaje u originalidad, LISTO!!!




Maquillaje de Mimo: ¿cómo pintar la cara de mimo?

El mimo se caracteriza por tener la cara blanca con detalles de otros colores que hacen que sobresalgan los gestos. 

¿COMO PINTAR LA CARA DE MIMO?


Como primer paso puedes ponerte crema, aceite para bebe, o agua fría para recibir el maquillaje. 

Después de esto aplica una capa delgada de maquillaje blanco (este maquillaje se llama base blanca, del que utilizan comúnmente los payasos); esta capa debe ser fina y uniforme en toda la cara hasta que se haya formado un óvalo sobre la cara sin llegar al cuello o las orejas (esta forma de aplicación puede variar según el personaje o el gusto del actor al menos nosotros utilizamos la forma mascara). 

Se recomienda que como siguiente paso te pongas una capa de talco para niños para que el maquillaje no se escurra así te dará más firmeza y no tendrás que estar pensando en que se te correrá el maquillaje.


como pintar la cara de mimo

Lo que se hace a continuación es hacer los detalles en los ojos. 

El propósito de estos detalles es hacer sobresalir los ojos. Esto se hace con delineador para ojos negro líquido preferiblemente (que se consigue en las farmacias, mercados o revistas de maquillaje), con el que debes hacer rasgos finos y detallados. 

Los labios se pueden pintar con lápiz labial rojo o lápiz para cejas negro. De acuerdo a tu gusto o al personaje que representas puedes pintar otros detalles en tu cara, por ejemplo, lágrimas, estrellas, un corazón sucio o limpio, una cruz, o rayos. 

La cara de Satanás puede estar manchada de pintura roja representando sangre o como una calavera.

¿CÓMO PINTARSE DE MIMO?







Con el mismo lápiz para cejas negro ahora puedes hacer una raya delgada alrededor de todo el óvalo o (forma dada a tu rostro) blanco de maquillaje, a fin de que resalte más tu cara. 

Ahora lo único que te faltará para tener la cara de un mimo es una sonrisa eso si ten cuidado con tus dientes ya que al ser el maquillaje tan blanco tus dientes se verán amarillos. 

Para quitar el maquillaje después de tu actuación debes usar aceite para niños y pañitos de tela de algodón, o toallitas húmedas para bebé, y después de esto agua y jabón. 

Pintar cara mimo

Eso si, tienes que estar muy seguro que te quitaste bien el maquillaje ya que si aplicas agua se te pueden mezclar y complicarte la desmaquillada.

Historia del Mimo

Historia del Mimo

Si nos remontamos a los orígenes de nuestra especie, comprobaremos como el hombre comenzó a comunicarse antes con el lenguaje de los signos que con el lenguaje verbal, por ello es importante no dejar de lado un lenguaje que ha ido evolucionando con nosotros desde el principio de nuestros días.La mímica se define como: “Expresión del pensamiento por el gesto y movimiento facial que acompañan o sustituyen el lenguaje oral”

La palabra mimo proviene de la palabra griega mimeomai que significa imitar.

  • “En las literaturas griega y romana, género de comedia realista que imita la vida y las costumbres. Entre los griegos los mimos eran obras cortas con dos o tres personajes”.
  • “Actor teatral que se vale de los gestos y movimientos corporales”.

El mimo se remonta a la antigüedad griega. Algunos estudiosos señalan que los mimos griegos procedían en su mayoría de Sicilia y señalan a Sofrón de Siracusa como el iniciador. Se trataba de un drama mudo interpretado por dos o tres personajes que se extendió a la civilización romana y después a otros géneros. En Roma fue haciéndose cada vez más paródico y grosero y acabó derivando en farsa. 

A mediados del siglo I a. JC se vio transformado casi en genero literario. Con la decadencia del imperio romano y el resurgir del cristianismo, el mimo se esparce por Europa y sobrevive en plazas y lugares públicos, pero hay que esperar hasta el siglo XV en Italia, con la Comedia dell’arte para ver el resurgir del mimo. Ésta era una forma de comedia improvisada por los actores que representaban caracteres fijos. 

Estos caracteres eran tres personajes: Arlequín, Pierrot y Colombina. Algunos de estos actores italianos emigran a Francia en el año 1576 instalándose en París, donde se hicieron populares por sus críticas burlonas contra las autoridades. 

Éstas prohiben sus textos y el grupo para salir adelante se convierte en un grupo mudo, continuando su trabajo sólo con el mimo. 

Es en Francia donde perdura y forma su propia tradición. Nombres como Jean Gaspard Deburau y su hijo Charles, Louis Rauffe, Severin, Charles Dullin y Ettien Decroux, éste último considerado el padre del mimo moderno, escriben la historia y evolución del mimo hasta nuestros días. 

Decroux se dedicó a la investigación del movimiento y al redescubrimiento del Mimo, formuló teorías y enseñó a otros mimo como Marcel Marceau, Jean Louis Barrault y Frederik Vanmelle.

La pantomima parece ser una derivación del mimo pero más extensa que una sola farsa y se adapta tanto a temas de comedia como tragedia.

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Cuentos

Abriles e inviernos
Mariana y José Luis estaban de pie fuera de la cafetería esperándome, yo estaba dentro de ella comprándome un café negro y amargo, de los mejores para mi persona. Me quedé sentada allí dentro, no me llevo bien con la gente común; tengo pocos amigos reales, los otros son más de papel y de cristal que los demás, tengo un amigo de altura difícil de alcanzar, es algo perdido, tiene un corazón de tiza y un cerebro de soles negros, me parece que anda por ahí robando almas, es él, José Luis. Mariana es más alocada, con los cabellos despeinados y enredados de día y de noche, es de estatura media, una excelente pintora, ojos grandes y con lunas en las manos, ¡claro! es una real mujer, pareciese que es la revolución orbital del siglo, siempre desordenada, pero la amiga más leal del mundo. Yo soy Soledad, típica silenciosa y tranquila de la ciudad, no falta un extraño en un pueblo, sé tocar el piano y de eso vivo. Como decía, ellos estaban fuera de dicha cafetería, estaba un tanto asustada, esa tarde no me sentía igual, era otra, una extraña desconocida e irreal. Sangraba de alma y corazón, no comprendía porqué el café era dulce, mis pies eran amargos y estúpidos, mis ojos estaban nadando y me senté a llorar por las mesitas del lugar, Mariana me miraba entre los cristales, yo me miraba por mis anteojos un poco viejos, estaba sentada en un rincón y cantaba ciertas frasecillas de mundos felices en quién sabe dónde. José Luis estaba asustado y se movía de un lugar a otro sin decirme nada. Le miraba los labios a la gente, los míos eran pálidos y aburridos, no eran los de siempre. Era ese tiempo lluvioso, ratos de tango, sombrillas de fuego y flores de tren. Yo seguía allí, Mariana me consolaba de lejos y José Luis se desesperaba entre las bocas que iban ebrias por mis lágrimas, mi enfermedad de ese día era contagiosa, tenían lástima de mi día, yo tenía lástima de ellos. Ese día supe que tenía una propia enfermedad, una locura externa, levantarme un lunes y mirar de nuevo el domingo sentado en mi ventana, ver las horas pasar como madre sin hijos, mis dos piernas se quedaron entre un vino infiel, exactamente en ese instante comprendí que tenía enfermedad de abriles e inviernos, no tendría más remedio que tomar mi café y mirar la tarde mientras mi reflejo se percibía entre las gotas de lluvia. *Dicha enfermedad no tiene medicamento, está siendo procesada por las farmacias que guardo bajo la cama. Para más precauciones: no cruzarme de frente, ni mirarme a los ojos, los pobres siempre están tristes.
Shirley Romero
Algo me faltaba por decirle
Miraba mis paredes, lo hacía como si un muerto estuviese debajo de la cama acariciando mis cabellos por la noche. Era incomparable, creía que venía día a día un mundo real por las escaleras, ella tan solo era feliz. Era absolutamente de piel blanca-transparente, podía ver sus venas corriendo por sus manos, con los cabellos rodeándole el rostro en un negro intenso y eso hacía que los ojos grises como de cristal roto le fulguraran y culminaran. Quizá yo solo necesitaba entablarle una conversación más eficaz y menos opresora. Yo estaba sola en un rincón de la habitación y ella cantaba “En trance” de Fito, aún el corazón se me congela de solo pensarlo, cantaba tan perfecta y serena que no podía creer que su sombra estuviera recostada a mi pared. Mi guitarra estaba en el suelo, tenía el autógrafo de Spinetta, en plateado como si la luna fuera falsa, era en mayo cuando ella llegó. Salió de debajo de la tierra y volvió a su lugar poco tiempo después, volvía a la infancia como una bailarina de circo, trataba de no verla porque el infinito me llevaba a la faz del silencio y eso me aterraba. De todas formas estábamos sentadas “conversando” mientras cantaba cortos pero nunca en mi corta vida he logrado regir una conversación sin pausas, siempre dejo de hablar y en cualquier pregunta solamente logro decir: -“sí”, “no”, “está bueno”, “que bien”, etc. no puedo dirigirme sin timidez a finalizar una charla grata o responder valientemente, nadie nota exactamente mi debilidad (por dicha) pero me es un mundo poder hablar sin duda ni retraimiento. Lo peor era la mirada que ella me hacía, sentía que me decía: “si no me dices mueres”, era el peor estremecimiento que había sentido, peor que la angustia por las madrugadas y el dolor de alma por los anocheceres. La vida me ha dado mucho pero también me ha quitado y temo al hablar porque en una palabra o un silencio puedo terminar sin vida entre los pianos que guardo en el sótano de mi bendito hogar. Di tantas vueltas por ahí esperando a que la tierra la tragara de una sola vez porque no podía dormir, escribir o moverme, me tenía intacta en un rincón de la cama como si fuese una cárcel y esa fuese su celda, me juzgaba realmente inconclusa en mi lecho de vida porque seguiría viviendo hasta que se desvaneciera de mi lado. No comprendía por qué necesitaba soledad en todas esas noches si anteriormente lloraba hasta el amanecer con un trago amargo de silencio en mi mente. Lo extraño es que me miraba como examinándome de día, de noche, en todo momento, ella necesitaba andar con cien ojos tras de mi breve parpadear, pasaban las horas eternas y con un miedo brutal dentro de mi pecho, ella hablaba y cantaba en todo segundo que se iba ahogando. Quería sentarme y escuchar mi música pero no en su voz porque quería morir en cada palabra que salía de su boca terriblemente púrpura como si hubiese tomado vino hasta desmayar. Me fastidiaba porque preguntaba muchas cosas tras más cosas, eran situaciones dentro de situaciones, estaba muy enfadada por tanta habla y tan poco silencio pero todo se derrumbó al descuelgo de vida, no me refiero a que se mató sino que se marchó, la tierra se abrió y no volvió, bajó unas escaleritas algo oscuras, me sonrió y me dijo: -“me voy”- con algo de nostalgia en los ojos y yo solo dije-“bueno, el tiempo no nos dio tiempo”-sonrió de nuevo y dijo-lindos silencios ¿eh?-y la miré con una espina en la garganta antes de llorar y le dije-linda voz sin habla ¿verdad?. Bajó el rostro, soltó una lágrima y solo dijo-adiós y para siempre-lloré por un segundo o dos días y cuando ya no la vi más y la tierra se había cerrado dije-vuelve pero en silencio, solo necesito un abrazo-ya se había ido y no volvería. Éramos amigas, yo en una claustrofobia de silencios y ella en una paranoia de palabrerías. La extraño aún, ahora nadie me mira con tanta profundidad que me haga tiritar del pánico, tan solo sigo sola cantando su canción en mi habitación y mirando mis paredes con los ojos cerrados.
Shirley Romero

Poemas


Un tango por las mañanas


Será un juego esta vez,

seguramente no comprendás.

Vos estás ahí, merodeando mi silencio,

preguntando por mis desgracias.

Quizá no salgás al camino,

estarás sentado junto a la calle

dejando que las horas se duerman

y se burlen de tu sombra.

Yo estaré aquí por las mañanas,

escuchando un tango…

será perdonado en el cielo,

después dormirá como siempre.

Las rosas del primer verso

son tan monótonas que irritan

mi canción,

vos sos la primer rosa de las que hablo.

Solamente espero

que mi farmacia se abra,

la pobre descansa un poco

para no seguir entendiendo mis lágrimas.

Todo debe ser una farsa,

definitivamente estaré aquí por las mañanas,

podés visitarme, si querés me das un beso

yo no haré nada, bailaré mi tango,

escribiré de ventanas

y simples sensaciones.

Entiendo el terror que te abriga,

he de enterrarme sola

en esta simple habitación.

Tendré un amanecer genial,

miraré los cristales del cielo

e iniciaré mi sueño:

un caminar musical

con rosas nuevas que guardaré

mejor que el viejo tango

con el que duermo y me levanto.

Shirley Romero





Soledad sola


Estaba en cualquier estación

con tres fatalidades en las manos.

Siento un segundo de mar

y un poco de búsqueda

a la soledad.

Ahora tengo carruseles

mejores y peores con ojos de color

distinto, un violeta de corazón

escapando a cada paso.

Tengo una angustia silenciosa,

estoy en la esquina, ahora te logro mirar,

he cambiado por bien, por tu bien.

Rondé por los cafetines, hoy tendré

un aire grotesco, tocaré tus manos

como en los fines de semana.

Una forma de aclarar mi vida es diciéndote

que estoy sola, en una habitación

de diez mil paredes, tres puertas

y todas incorrectas.

No me temas por esta vez,

solo quiero una respuesta

para todas mis preguntas, ya se fueron

las respuestas anteriores

y no recuerdo nada.

Las auroras hicieron mi vestido esta vez

mientras seguía en la estación, me importa

lo que busco, soledad de mis pesares

y una mar de perlas negras, mírame

de nuevo y corro con penas grandes,

mira mis penas, te daré dos amapolas

y dejaré tu soledad en paz.

Shirley Romero



Seguir despiertos



Estuve sentada en la esquina de un sol negro,

terminé junto al rostro de papel que me enviaste.

Ahora estoy a tu lado entre olvido, la lluvia sigue siendo

mi espejo y tu sonrisa se mezcla con la desgracia

del café a esta hora: tres de la tarde, amargas

heridas que ambos llevamos entre manos.

Llevo el licor de sangre que guardamos en las noches,

cuatro gotas de voz y campanas de sal.

Sigo sin entender el coro que van dejando las flores

marchitas de luz.

Sigo fúnebre, entre besos de balada, mariposas de tango,

cartas de lunes y los cigarrillos que en las noches apagas con al mano.

Esta ingenua forma de llorar juntos hace que pierda la paciencia

que llevo atada a los ojos.

Quizá sea ese sol que te comenté al principio o alguna manera

de seguir pintando cielos en la pared, escuchando las voces

de la música que bailan en aquel salón, deja eso para después,

esto es solo imaginación que va en trenes de un mundo real.


Shirley Romero




Ceremonia de espejismos



Continúo en el sótano con una afonía en las entrañas,

recuerdo tenerle al lado, mi derrame de pensamientos

se iba acercando más y más a la pérdida de la desgracia.

Puedo estar segura de que mis pies adquirirán una dosis

de felicidad, esa rotunda ceremonia de espejismos

va rotando mis neutrales ideas, puedo ingerir

una taza de perdón y aún así me siento culpable de mis angustias.

Esas noches sentía aflicción envuelta en pesadumbre,

quería escapar hacia un más allá de un allá

y debía estar entre cuatro paredes que me iban desolando

cada minuto más y más hasta convertir mis agallas

en desamparos.

Por última vez puedo sucumbir mi desprecio

hasta otro mundo y dejarme llevar por la vida o la muerte,

alguna de las dos me escogerá, lo único que necesito

es salir de esta burbuja de cristal irrompible.

Shirley Romero



Poema nocturno


Sin querer miré al lado de la calle,

me gusta tener un libro

y tres estrellas en el cuello.

Iba tragando parte del aire,

lloraba olas, recuadros de papel,

luz de ojos y frío de manos.

Tenía una música de presagios,

soledad de noche,

tan solo quería subirme a una cama

y soñar con bailar un vals.

Despertar en mi habitación de una forma

distinta en mi imaginación,

encontrar dioses perdidos entre las escaleras,

buscar un mundo real, ser feliz y vivir en astros

de fuego,

tener flores muertas en un cristal roto,

hacer que en el paraíso llueva y verlo desde el alba.

Dejé que la lluvia se burlara de mis ojos,

aunque tuviese un concierto de violetas

y relámpagos negros.

Estando de pie pensé en la vida,

me quedé sentada, nocturna de vida en soles,

puedo asegurar que la soledad y los tatuajes de dolor

toman un color rojo de sangre nueva,

no importa que el cielo no se vea,

solo importa que la noche sea de verdad

y el día sea artificial para acabar y respirar miedo.

Shirley Romero



Silencio infructuoso


La pared está cubierta por tu aroma,

esta vez un aroma a soledad descontrolada.

Vestiré este día un vestido negro

como si fuese domingo y dejando pasar

las horas mientras mi retorno descansa

en la cama y mi cuerpo posa sin aliento

en la pared te dejaré hablar.

Estaré mirando aquellos libros de sal

que guardabas en el parque,

junto a la candela roja que tanto escondías.

Este recuerdo te lo dejaré junto a la fuente

donde podíamos ver las estrellas bañarse

algo inquietas en ella.

Regresaré antes de que las auroras derramen

pétalos de abril en mi suelo.

Ten presente que mi furtivo silencio

estará acompañando tus malos y buenos

momentos, sirvo más en los malos porque siempre

guardo ese silencio que va guardando

mis propios pesares al llorar.

Quisiera que te lleves de mi muerte lo mejor,

que la guardes en la voz y dejes una silla abandonada

en mi infranqueable habitación hasta que puedas entrar y sentarte

ahí esperando que mi suave suspiro tome asiento

y se permita hablar consigo misma.

Me encontraré en algún momento de rigurosa

desolación donde tus manos sean mi paz

y mi mirada pueda ser leída por el sollozar del alba.

Corresponde mi llamado esta vez, seguiré intranquila

hasta que tu corazón haga un camino y talvez el mundo

no sea tan grande y tal como lo imagino cruzar de frente

con el dolor y cantarle día a día.

Me enfrentaré a la vida y con mi rostro iluminado te dejaré

partir hasta no verte en mi camino y ese aroma a soledad

se impregne hasta que el cielo se muera en mi pecho

y tus lágrimas se vuelvan ingratas ante la desgracia

que has marcado en el camino de mi silencio infructuoso.

Shirley Romero



Fandango del tango


Solamente veía las gotas de luz caer,

un tango del sur, un gitano con piano

y manos sin saber tocar.

Gente tentativa entre veneno de silencio,

seguía tomando mi café en la escuela

de mi casa, (mi habitación).

Habían ángeles de vez en cuando

en un fandango total, podía sentir

el canto del tanguista, de verdad

sentirlo entre venas, no por ellas

sino entre ellas, como un baile silencioso

pero lleno de fuego.

La luz seguía durmiendo en mi cama,

clamaba oscuridad para sobresalir,

yo la veía con mi vestido negro

y la simple rosa posando en mis labios,

bailando, sintiendo una pena en el pecho

por mi frágil soledad.

Entiendo que solo es un tango,

una canción de travesías, un pequeño muelle

de besos translúcidos y una vela intensa

desde el fondo de mi habitación.

Hoy logro sentir esa sensación de alivio,

ese látigo en el corazón y un murmullo

de sal en el centro de la rosa,

estoy aquí mirando por la ventana,

soñando con mis manos paseándose

por el aire mientras el fandango del tango

se va intercalando en mi cuerpo.

Shirley Romero


Ciega


He visto tus labios,

copas de sangre, quietud y silencio.

Pude mirarte a los ojos,

piedras fuertes de azul turquesa.

Me atreví a tocar tus manos,

hojas de poeta como luces de noche.

Tantas veces te noté pasar entre álamos,

junto a la nada, llevando mi todo.

Arrebataste de mí el aliento neutro de la vida,

borraste el paisaje de mi mente,

un paisaje libre, eterno.

Tanto tiempo sin habla me ha llevado a pensar así:

Puedo seguir viviendo entre notas musicales sin sonido,

llorar al viento sumergida en oscuridad,

germinando mi voz mientras trago cristales.

Shirley Romero



Al otro día


De verdad, esta vez no me detendré,

contesta mi pregunta que muero

por la verdad que está debajo de tus pies.

Tengo de nuevo esa magia de insomnio,

verte en las noches, sentir que estás

a mi lado, mirándome de cerca

pero sentirte lejano, no poder

rozar mis manos por tu rostro.

Definitivamente esta vez no diré: “¡Alto!”,

lo he dicho tantas veces y hoy

deseo decirte la verdad de una forma

eterna, mientras el día que viene

se va antes de venir y mis ojos

se vuelven dos crepúsculos que mueren.

Shirley Romero




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