Mascaras
Al otro día
De verdad, esta vez no me detendré,
contesta mi pregunta que muero
por la verdad que está debajo de tus pies.
Tengo de nuevo esa magia de insomnio,
verte en las noches, sentir que estás
a mi lado, mirándome de cerca
pero sentirte lejano, no poder
rozar mis manos por tu rostro.
Definitivamente esta vez no diré: “¡Alto!”,
lo he dicho tantas veces y hoy
deseo decirte la verdad de una forma
eterna, mientras el día que viene
se va antes de venir y mis ojos
se vuelven dos crepúsculos que mueren.
Shirley Romero
Ciega
He visto tus labios,
copas de sangre, quietud y silencio.
Pude mirarte a los ojos,
piedras fuertes de azul turquesa.
Me atreví a tocar tus manos,
hojas de poeta como luces de noche.
Tantas veces te noté pasar entre álamos,
junto a la nada, llevando mi todo.
Arrebataste de mí el aliento neutro de la vida,
borraste el paisaje de mi mente,
un paisaje libre, eterno.
Tanto tiempo sin habla me ha llevado a pensar así:
Puedo seguir viviendo entre notas musicales sin sonido,
llorar al viento sumergida en oscuridad,
germinando mi voz mientras trago cristales.
Shirley Romero
Fandango del tango
Solamente veía las gotas de luz caer,
un tango del sur, un gitano con piano
y manos sin saber tocar.
Gente tentativa entre veneno de silencio,
seguía tomando mi café en la escuela
de mi casa, (mi habitación).
Habían ángeles de vez en cuando
en un fandango total, podía sentir
el canto del tanguista, de verdad
sentirlo entre venas, no por ellas
sino entre ellas, como un baile silencioso
pero lleno de fuego.
La luz seguía durmiendo en mi cama,
clamaba oscuridad para sobresalir,
yo la veía con mi vestido negro
y la simple rosa posando en mis labios,
bailando, sintiendo una pena en el pecho
por mi frágil soledad.
Entiendo que solo es un tango,
una canción de travesías, un pequeño muelle
de besos translúcidos y una vela intensa
desde el fondo de mi habitación.
Hoy logro sentir esa sensación de alivio,
ese látigo en el corazón y un murmullo
de sal en el centro de la rosa,
estoy aquí mirando por la ventana,
soñando con mis manos paseándose
por el aire mientras el fandango del tango
se va intercalando en mi cuerpo.
Shirley Romero
Silencio infructuoso
La pared está cubierta por tu aroma,
esta vez un aroma a soledad descontrolada.
Vestiré este día un vestido negro
como si fuese domingo y dejando pasar
las horas mientras mi retorno descansa
en la cama y mi cuerpo posa sin aliento
en la pared te dejaré hablar.
Estaré mirando aquellos libros de sal
que guardabas en el parque,
junto a la candela roja que tanto escondías.
Este recuerdo te lo dejaré junto a la fuente
donde podíamos ver las estrellas bañarse
algo inquietas en ella.
Regresaré antes de que las auroras derramen
pétalos de abril en mi suelo.
Ten presente que mi furtivo silencio
estará acompañando tus malos y buenos
momentos, sirvo más en los malos porque siempre
guardo ese silencio que va guardando
mis propios pesares al llorar.
Quisiera que te lleves de mi muerte lo mejor,
que la guardes en la voz y dejes una silla abandonada
en mi infranqueable habitación hasta que puedas entrar y sentarte
ahí esperando que mi suave suspiro tome asiento
y se permita hablar consigo misma.
Me encontraré en algún momento de rigurosa
desolación donde tus manos sean mi paz
y mi mirada pueda ser leída por el sollozar del alba.
Corresponde mi llamado esta vez, seguiré intranquila
hasta que tu corazón haga un camino y talvez el mundo
no sea tan grande y tal como lo imagino cruzar de frente
con el dolor y cantarle día a día.
Me enfrentaré a la vida y con mi rostro iluminado te dejaré
partir hasta no verte en mi camino y ese aroma a soledad
se impregne hasta que el cielo se muera en mi pecho
y tus lágrimas se vuelvan ingratas ante la desgracia
que has marcado en el camino de mi silencio infructuoso.
Shirley Romero
Poema nocturno
Sin querer miré al lado de la calle,
me gusta tener un libro
y tres estrellas en el cuello.
Iba tragando parte del aire,
lloraba olas, recuadros de papel,
luz de ojos y frío de manos.
Tenía una música de presagios,
soledad de noche,
tan solo quería subirme a una cama
y soñar con bailar un vals.
Despertar en mi habitación de una forma
distinta en mi imaginación,
encontrar dioses perdidos entre las escaleras,
buscar un mundo real, ser feliz y vivir en astros
de fuego,
tener flores muertas en un cristal roto,
hacer que en el paraíso llueva y verlo desde el alba.
Dejé que la lluvia se burlara de mis ojos,
aunque tuviese un concierto de violetas
y relámpagos negros.
Estando de pie pensé en la vida,
me quedé sentada, nocturna de vida en soles,
puedo asegurar que la soledad y los tatuajes de dolor
toman un color rojo de sangre nueva,
no importa que el cielo no se vea,
solo importa que la noche sea de verdad
y el día sea artificial para acabar y respirar miedo.
Shirley Romero
Ceremonia de espejismos
Continúo en el sótano con una afonía en las entrañas,
recuerdo tenerle al lado, mi derrame de pensamientos
se iba acercando más y más a la pérdida de la desgracia.
Puedo estar segura de que mis pies adquirirán una dosis
de felicidad, esa rotunda ceremonia de espejismos
va rotando mis neutrales ideas, puedo ingerir
una taza de perdón y aún así me siento culpable de mis angustias.
Esas noches sentía aflicción envuelta en pesadumbre,
quería escapar hacia un más allá de un allá
y debía estar entre cuatro paredes que me iban desolando
cada minuto más y más hasta convertir mis agallas
en desamparos.
Por última vez puedo sucumbir mi desprecio
hasta otro mundo y dejarme llevar por la vida o la muerte,
alguna de las dos me escogerá, lo único que necesito
es salir de esta burbuja de cristal irrompible.
Shirley Romero
Seguir despiertos
Estuve sentada en la esquina de un sol negro,
terminé junto al rostro de papel que me enviaste.
Ahora estoy a tu lado entre olvido, la lluvia sigue siendo
mi espejo y tu sonrisa se mezcla con la desgracia
del café a esta hora: tres de la tarde, amargas
heridas que ambos llevamos entre manos.
Llevo el licor de sangre que guardamos en las noches,
cuatro gotas de voz y campanas de sal.
Sigo sin entender el coro que van dejando las flores
marchitas de luz.
Sigo fúnebre, entre besos de balada, mariposas de tango,
cartas de lunes y los cigarrillos que en las noches apagas con al mano.
Esta ingenua forma de llorar juntos hace que pierda la paciencia
que llevo atada a los ojos.
Quizá sea ese sol que te comenté al principio o alguna manera
de seguir pintando cielos en la pared, escuchando las voces
de la música que bailan en aquel salón, deja eso para después,
esto es solo imaginación que va en trenes de un mundo real.
Shirley Romero
Soledad sola
Estaba en cualquier estación
con tres fatalidades en las manos.
Siento un segundo de mar
y un poco de búsqueda
a la soledad.
Ahora tengo carruseles
mejores y peores con ojos de color
distinto, un violeta de corazón
escapando a cada paso.
Tengo una angustia silenciosa,
estoy en la esquina, ahora te logro mirar,
he cambiado por bien, por tu bien.
Rondé por los cafetines, hoy tendré
un aire grotesco, tocaré tus manos
como en los fines de semana.
Una forma de aclarar mi vida es diciéndote
que estoy sola, en una habitación
de diez mil paredes, tres puertas
y todas incorrectas.
No me temas por esta vez,
solo quiero una respuesta
para todas mis preguntas, ya se fueron
las respuestas anteriores
y no recuerdo nada.
Las auroras hicieron mi vestido esta vez
mientras seguía en la estación, me importa
lo que busco, soledad de mis pesares
y una mar de perlas negras, mírame
de nuevo y corro con penas grandes,
mira mis penas, te daré dos amapolas
y dejaré tu soledad en paz.
Shirley Romero
Listado de libros para aprender a dibujar gratis.
Espero que esto les ayude a encontrar el libro que necesitas.
Índice de libros para dibujantes en general.
Índice de libros para dibujantes de cómic.
Índice de libros para dibujantes de manga.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)