Fandango del tango

Solamente veía las gotas de luz caer,
un tango del sur, un gitano con piano
y manos sin saber tocar.

Gente tentativa entre veneno de silencio,
seguía tomando mi café en la escuela
de mi casa, (mi habitación).

Habían ángeles de vez en cuando
en un fandango total, podía sentir
el canto del tanguista, de verdad
sentirlo entre venas, no por ellas
sino entre ellas, como un baile silencioso
pero lleno de fuego.

La luz seguía durmiendo en mi cama,
clamaba oscuridad para sobresalir,
yo la veía con mi vestido negro
y la simple rosa posando en mis labios,
bailando, sintiendo una pena en el pecho
por mi frágil soledad.

Entiendo que solo es un tango,
una canción de travesías, un pequeño muelle
de besos translúcidos y una vela intensa
desde el fondo de mi habitación.

Hoy logro sentir esa sensación de alivio,
ese látigo en el corazón y un murmullo
de sal en el centro de la rosa,
estoy aquí mirando por la ventana,
soñando con mis manos paseándose
por el aire mientras el fandango del tango
se va intercalando en mi cuerpo.


Shirley Romero

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