Lejano jovencillo

La libélula se ha posado en tus labios.

Ruego al aire que te dé conciencia.

Tantos puntos en tan solo dos frases

o tres quizá, ya no mido mis palabras,

tan solo cayo muy al fondo.

Has olvidado el puente que desglosa

este pincel.

Traza una victoria

mientras lucho contra la luz;

hoy he temido salir.

Mis cabellos siguen desorbitados,

eso digo yo,

hay quien dirá que están es su propia órbita

así como lo estoy en este momento.

No entierres las uñas en mis manos,

mejor cálame el corazón con ellas,

has que la luna robe mis entrañas,

no me tengas lástima.

Seré fuerte, ya lo he sido,

estaré en pie porque ¿para qué caer?

Mejor te veo desde lejos

y en pie aunque las flores de tu cabello

me irriten e ignoren.

Quédate en pie y de lejos jovencillo,

sigue tu seguir,

yo estaré aquí.

Shirley Romero

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